lunes, 2 de agosto de 2010

ADRIÁN MAGGI



  • LUGAR DE ORIGEN: San Andrés de Giles (Prov. de Buenos Aires)
  • RESIDENCIA ACTUAL: Open Door, Partido de Luján (Prov. de Buenos Aires)
  • AÑO DEBUT ARTÍSTICO:
  • CONTRATACIONES: +54 11 47783998



INDUSTRIA ARGENTINA

Hijo:
Hoy te vi tomando mate en la mesa 'el comedor
macaneando con tu abuelo, hablando de qué se yo.
Me fui arrimando despacio para no enfriar el calor.
Me senté sin decir nada escuchándolo' a los dos
y en un momento la charla apuntó pa' discusión
hasta que vos te callaste y el viejo se apaciguó.
Sé que tu abuelo es porfiáo; ¡no lo sabré si mi crió!
Pero cada uno es así como lo ha hecho Dios;
él no comprende estos tiempos, comprende los que vivió.
Sentate siempre a escucharlo, prestale mucha atención,
que tiene muchísimas cosas guardadas en su interior.
Ay, te agradezco tu silencio cuando el viejo se enojó;
comprendí que estás creciendo y ahí me sentí mejor.
Sé lo que quiso decirte tu abuelo cuando te habló.
Sos argentino, muchacho, argentino, sí, señor.
La Patria nos necesita, a mi padre, a mí y a vos.
Somos industria argentina, no hay lugar a discusión.
Tu abuelo que hacía el tambo, allá en el campo luchó.
Le dio su sangre a la tierra, con su vida la abonó.
Seguro que tuvo errores, seguro que tuvo errores y también los tengo yo.
Pero llegáo el momento, pero llegáo el momento como macho se jugó.
Tu abuelo, con los recuerdos de los días que vivió,
pero encuentra la esperanza en los chicos como vos,
que han de luchar con esfuerzo los de tu generación.
El porvenir los espera pa' cumplir una misión;
sos el hombre del futuro, sangre joven que heredó
esta patria y debe honrarlo por tu abuelo y por vos.
Somos industria argentina, no hay lugar a discusión.
Transforma en su paso el tiempo lo de ayer en lo que es hoy,
pero el mañana depende de los chicos como vos,
y hace fuerza la cadena por la unión del eslabón,
y es pecado si se cortan los de tu generación:
A las plantas sin raíces, a las plantas sin raíces las voltea un ventarrón.
Yo no pretendo que toques la guitarra como yo,
yo no pretendo que toques la guitarra como yo,
ni que sientas como siento las cosas que siento yo
porque eso sería obligarte y no es esa mi intención,
pero hay cosas que tenemos que son común a los dos.
La Patria empieza por casa, la Patria empieza por casa, más bien en el corazón,
y le debemos un futuro si es lo que uno heredó,
la madre que lo ha parido, la bandera con el sol,
y es un deber el cuidar eso que tanto costó;
por eso nos necesita la Patria que nos parió,
que si mi patria es mi padre, también mi patria sos vos.
Somos industria argentina, no hay lugar a discusión.


LA CULTURA DEL TRABAJO

Hay que enseñar a los jóvenes, pa' que sepan, pa' que aprendan
el amor a los costumbres, el apego a nuestra tierra;
que es un honor defender la cultura que se hereda
y en nuestro diario vivir debemos enriquecerla.
Nos trasplantan la cultura del vaquero y la violencia.
Somos gente de trabajo que no buscamos problemas
como hacen otros países y enseguida le arman guerra.
Por límites, por petróleo... sea el pretexto que sea,
mujeres, chicos, ancianos pagan caras consecuencias
que otros sean asesinos y no tengan conciencia.
En el país de las vacas ¿cómo puede haber miseria?
donde la produce unas tremendas cosechas.
Faltan manos que trabajen, si en el campo sobra tierra;
es distinto en las ciudades: no hay lugar pa' una maceta.

Pensará mucho en el campo aquel que tiene las riendas
y porqué no hay buenos planes pa' el que trabaja la tierra,
pa' cambiar la maquinaria que año a año se renueva
o pa' comprar la' semilla' cuando es el tiempo de siembra.
Esos gringos chacareros igual que el que tiene hacienda
son el motor del país año a año en la pelea;
lo arruina un día la lluvia y es otro año la piedra,
otra vuelta por la peste cuando no es tiempo de seca.
Capaz que bajan los precios si va a vender la cosecha
y a cuidarse de los robos que no está libre cualquiera,
y si es que pidió algún préstamo seguro el banco lo apreta;
pero él se queda en el campo, sigue apostando a la tierra.
Y está criando a los gurises, cuerpando a las inclemencias.
Yo soy hijo de esos gringos; llevo esa sangre en mis venas,
y porque me siento cómodo uso pilchas como éstas,
que son pilchas de argentino y es un orgullo tenerlas.

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