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CANTO PORQUE SE ME CANTA
Yo canto así francamente
entre paredes o al raso
y a muchos no les conviene
porque las canto bien claro,
como lo haría cualquiera
que ame los símbolos patrios.
Ésta es mi forma de ser;
para otros, piedra de escándalo.
¡Cómo no voy a saltar,
si nos dan leña sin asco!
Siempre nos hallan defectos,
culturosos ciudadanos,
brutos tilingos don nadie,
lechudinos de alto rango,
los que me hacen ráir
al hallar lo nuestro áspero.
Vaya a saber sus mayores
en continentes lejanos:
vivieron piór que en taperas,
al aires y taparrabos.
Cuestionan la historia gaucha
leyendo libros corsarios.
Joden con la picardía
del hombre de nuestros campos.
Tienen pésima memoria,
la trajeron en sus barcos
con licor y chucherías
al codiciar suelo indiano
cambiando espejos por oro,
y guacho quedó el reclamo.
Pa' nosotros, obligaciones,
y pa' ellos, guante blanco.
Ni firmas ni documentos
ni una cruz por lo adeudado.
Y los gobiernos del vamos
dieron plata pa' cuestearlos.
Vaya, vaya a pedir un criollo
teniendo todo el derecho
porque forjó este país
a puro pecho y lanzazo.
Les quema la tradición;
de ahí su odio al pasado.
No les importó Malvinas
ni todos los héroes santos.
Sólo tienen de argentinos
un documento endozáo;
están aquí de turismo,
nada ven azul y blanco.
Debe ser porque en el mundo
hay un Caín por hermano.
LA ÚLTIMA MILONGA
Cuando la última milonga clave el pico en la encordada
y echando una carcajada la pata el diablo le ponga.
Ha de ser que se prolonga la pena del payador
y el progreso -ese traidor- siempre en forma bruta y guasa
querrá desnudar mi raza del blanco y azul color.
Milonga, criollo pregón, nunca vayas a partir.
Antes prefiero morir que no escuchar más tu son.
Te digo de corazón: Soy de una sola postura,
y hoy veo con amargura que lo gringo y bullanguero
se aplaude por extranjero aunque sea una basura.
Milonga, música inmensa, no nos vas a abandonar
o nos vamos a secar como ajo en una trenza,
ya que lo gaucho es ofensa pa' esta "cursi" sociedad
que en su criolla orfandad ante ajenos se arrodilla
y si bien maula se humilla, ¡pobre la argentinidad!
No quiero una bolsa sola, ir mezclado con compatriotas.
Yo sólo iré entre patriotas, lo digo aunque traiga cola.
Los que van de carambola le han chingáo a este pescante.
Que me siga quien aguante sin que le tiemble la pera
y esta milonga campera se haga carne en quien la cante.
Gran pucha, cuánto dolor me sancocha de la zurda!
Mientras el Pueblo se aturda todo irá de mal en peor.
Adiós al criollo fervor si lo nuestro se marchita.
Milonga: Si se nos quita tu mensaje que es cencerro
nunca más el Martín Fierro se oirá en la Patria bendita.
LA FACUNDINA
Metiendo lonja y tacuara
montado en su Moro va
junto a sus bravos riojanos
mi Brigadier General.
El Campamento de Aquiles,
la Sierras de Malanzán,
testigos son del coraje
del Brigadier General.
¡Ay! La Patria le debe algo;
algún día le hay de pagar
al gran Facundo Quiroga,
mi Brigadier General.
Tucumanos y salteños
se andan queriendo pelear;
ahí va Facundo Quiroga,
ya se van a sosegar.
Barranca Yaco lo espera;
la traición lo acechará.
La montonera, de luto;
lo han muerto al gran federal.
¡Ay! La Patria le debe algo;
algún día le hay de pagar
al gran Facundo Quiroga,
el gaucho más federal,
al gran Facundo Quiroga
mi Brigadier, mi Brigadier General.
ABRAN CANCHA
A ustedes, gran juventud,
que la Argentina reclama
recuperen los laureles
perdidos por obra y gracia
de quienes debieron ser
y jamás, jamás han sido nada.
Que Tata Dios los proteja,
y ya les dejo esta zamba:
Cuando el dolor y la ausencia
pechan del tiempo de ñaupa,
la tranquera del olvido
engualichando guitarras.
El eco sube hasta el cielo
para gritar "¡Abran cancha!".
En el fogón del pasado
arden las brasas del alma
clamando por voces criollas
pa' que no agringuen la raza.
¡Gran pucha si anda dolida
porque intentan olvidarla!
Yo no sé lo que sería
sin flamear la azul y blanca,
sin los sones terruñeros,
sin una gaucha palabra.
¡Ah, malaya, no reculen,
o nos quedamos sin patria!
No me pregunten, paisanos,
de dónde viene esta zamba;
so freno del más allá,
rayando de sable y lanza,
y no anda sola, es la hija
de la del Pozo de Vargas.
Tiene la estirpe y la herencia
de nuestras cosas indianas.
Hoy que nos faltan canciones
y lo argentino se extraña:
Que la respeten por nuestra,
clarito y como Dios manda.
Yo no sé lo que sería
sin flamear la azul y blanca,
sin los sones terruñeros,
sin una gaucha palabra.
¡Ah, malaya, no reculen,
o nos quedamos sin patria!
FACUNDO
Pueblo riojano:
Yo, Facundo Quiroga,
teniendo fe en usted
por la divisa mando
¡a la carga!
Facundo, Facundo:
No duermas sobre tu lanza,
Hasta las piedras te gritan
cómo se quiebra la Patria.
Hasta las piedras te gritan
"ay, cómo se quiebra la Patria".
Ay Chacho, el de Olta,
donde flota tu cabeza:
Para vengar los traidores
cerros y llanos se queman.
Para vengar los traidores,
ay, cerros y llanos se queman.
Los federales no han muerto;
de poncho rojo vendrán.
Si San Martín nos legó su espada:
¡Toda la montonera, toda a luchar!
Raza de nuestros mayores:
las viejas glorias revivirán.
Felipe Varela:
El valle también te espera.
mas no hay de ser como antes hoy,
hoy seguirán tu bandera.
Mas no hay de ser como antes,
hoy seguirán tu bandera.
Guayama de cobre:
El plomo surcó tu raza.
Alza tu chuza, ballisto,
para mandar otra carga.
Alza tu chuza, ballisto,
hoy para mandar otra carga.
Los federales no han muerto;
de poncho rojo vendrán.
Si San Martín nos legó su espada:
¡Toda la montonera, toda a luchar!
Raza de nuestros mayores:
las viejas glorias revivirán.
ROMANCE EN CELESTE Y BLANCO
Un pedazo de suelo de mi patria
y un fogón orillando la alborada
entre mate y pitada trasnocháo el cimarrón,
el cimarrón girando en rueda gaucha;
mientras a media voz sobre el paisaje
un cuento se alza en vuelo de guitarras
y la voz paisana del relato
forma prieta golilla en la garganta.
Fue,
fue cuando en toíta Salta no hubo criollo que mezquinara el pecho ante las balas.
La montaña,
la montaña y el llano eran altares
cuando el coraje macho de la raza
entre lágrimas, chuza, sangre y sable
consagraban la victoria de mi patria,
cada voz,
cada voz era un grito de “¡a la carga!”
que sonaba a clarín en las patriadas
y cada mano gaucha,
garra fiera,
que la batalla
prolongaba en lanzas.
- Con su permiso, señor.
- Pasá, muchacho.
- Vengo de Tacuaral.
Soy Juan Peralta y he galopiáo diez leguas
pa’ pedirle que me deje pelear en la patriada.
Traigo un rano ligero como el viento y una daga,
una daga filosa en mi tacuara.
- ¿Un encargo de sí?
- Mesmo... Ej, ej un encargo de mi mama.
E una deuda ¿sabe?, e una deuda
que me ha dejáo mi tata
cuando cayó guapeando en una carga,
pa’ que su hijo mayor se la pagase
con la sangre caliente de su mula.
- ¿Y cuántos año’ tené?
- Yo voy pa’ trece, mi hermano,
por once, por áhi le ando.
- ¿Y qué dirá tu mama si nos matan?
- ¡Qué se yo! Mi mama, mi mama
va a decir que supimos morir como,
como Peralta.
Y el más chico agarráo a los
pantalones del comandante
y llorando,
llorando pero sabiendo que va a morir
por ese algo macho,
por ese algo grande
como la madre
que toíto lo da y
nada lo pide,
y que se llama Patria.
Arrodilláo le dice:
“Señor: Déjeme morir peleando, señor,
que yo se lo juro:
mi mama no va a llorar si nos matan,
que mi mama no va a llorar, no va a llorar
si nos matan, señor,
porque mi mama es gaucha.”
VIDALA DEL MONTONERO
Sobre el alarido del viento, La Rioja esperando a su General Quiroga.
El hombre no quiere creer que se lo hayan bajáo atrás de Barranca Yaco.
Y alzando la chuza montera,
una plegaria en los labios,
con la tacuara al viento
el hombre cree y canta así:
“Riojanita, riojanita yo me vo’a guerrear.
Riojanita, riojanita yo me vo’a guerrear.
¡Me lo han matáoa Facundo!
¿El Chacho dónde andará?
Me lo han pasáo a digüello
por ser federal, por ser federal.”
Se pierde con el lamento el hombre y entonces
se arrodilla frente al balcón,
y en su endecha de amor volcáo a esa hembra riojana,
mezcla de clavel y acero
se le siente musitar así:
“Riojanita, riojanita me güelvo a guerrear.
Riojanita, riojanita me güelvo a guerrear.
Voy con Felipe a la guerra,
voy con Varela a matar.
¡Quiero pasar a digüello;
yo quiero pelear, yo quiero pelear!
Se apaga el sonido de la quena con el sueño coloráo allá atrás de Humahuaca
y el hombre tiene que volver al pago con la cabeza agacha,
no por haber perdido la batalla, sino
con la piór afrenta que pueda tener el gaucho:
tiene que volver al pago de a pie,
de a pie sin su caballo,
y tanteando por las calles de La Rioja
como si juera un alma en pena,
el viento lleva su canto.
“Virgencita, Virgencita: Yo quiero llorar.
¿Adónde estará mi mama,
mi chango dónde andará?
Me lo han pasáo a digüello por ser federal, por ser federal.”
Agoniza la tarde y el hombre
tendido sobre la arena riojana
aguaita la muerte.
Con un alarido gime el viento;
ya no es un relincho, es un rugido
y la sombra de Facundo, del Tigre,
le va nublando los ojos.
“Rioja:
Dejo el sueño montonero,
el canto del viento.
¿Por qué pelear entre hermanos?
¿Por qué haber sufrido tanto?
Ya sé que llorar mi Rioja
no hay de ser de buen riojano,
pero quisiera tan sólo
ver a mi patria -lo juro-
con ese sueño tan puro
de poder decir, de poder decir
¡Hermano!”
MADRE DE LA PATRIA
María Remedios del Valle,
recuerden es la madre de la Patria,
morrunga negra porteña
curtida a látigo y pala.
Hoy que tilingos la sueñan
de ojos claros y piel blanca,
ah, ella les mojó la oreja
con el grito de "abran cancha",
que esta milica morena
sin su merecida estatua
es más patriota que muchos
hechos bronce en las plazas.
En la noche de Ayohuma
la suerte ya estaba echada
y en manos del enemigo
por ser negra torturada
no se te cayó una mota
ni tampoco una palabra.
Al llegar a Capital
por entrevero' y batallas
murió tu hijo y tu marido
y el entenado, caramba.
Siempre de luto tu piel,
pero azul blanca tu alma.
Ni la misma morenada
recuerda tu vida y lucha,
salvo el candombe que escucha,
dolor de antigua llamada.
Todo sigue -la gran pucha-
como si no pasó nada.
De haber estado en Malvinas
hoy no habría ni un pirata
pues junto al gaucho Rivero
ni un gringo se te escapaba,
menos tratantes de esclavos
o los cipayos del Plata.
Destiñó tu chaquetilla
con el llanto de otras madres
al preguntar por los suyos
caídos en cien combates,
y nadie te preguntó
por tus negras soledades.
Menos mal que Juan Manuel
te encontrara aquella tarde
y te puso su apellido
pa' no seguir mendigante,
pero en el '47
la muerte vino a llevarte.
ME VIERON PASAR
Siempre en el mismo pingo
me vieron pasar
las florcitas del pago,
poncho federal.
Con la tacuara en alto
me vieron pasar
las tierras coloradas,
poncho federal.
Entre silbo de balas
me vieron pasar
camino al entrevero,
poncho federal.
Las viejas se santiguan,
poncho federal.
Dejando mi Entre Ríos
me vieron pasar.
Entre Río' es sabedor
que me jugué por la causa;
nunca más ya tuve pausa
aunque no fue por rencor,
y el entrevero y mi honor
me hallaron santafesino
pues sin Ramírez mi cino
necesitaba un galope,
"¡Por Estanislao López! -dije-
el federal más genuino.
Cuando murió Ramírez
me vieron pasar
cubriendo a la Delfina,
poncho federal.
Chapaleando bañados
me vieron pasar
degollando a la indiada,
poncho federal.
Hachando alambrados
me vieron pasar,
rumbeando pa'l olvido,
poncho federal.
SANGRE RIOJANA
Yo,
yo jui cantor y tropero
de mucha menta en mis pagos,
y del amor mil halagos
me rodearon, compañero;
pero una güelta el sendero de mi vida lo cruzó
una mujer,
una mujer que aplastó mi arrogancia de paisano:
Tenía gualicho en la mano
y el corazón me arrancó.
Rumbeé para los Entre Ríos,
rumbeé para los Entre Ríos
sirviendo a Pancho Ramírez
y jui tigre entre los tigres
hasta morir la Delfina,
criolla como pocas, linda,
gaucha, peleadora y brava...
Vieran cómo manejaba
las boleadoras y el lazo,
y pa' pegar un lanzazo
agallas no le faltaban.
Me alisté con Juan Facundo,
famoso tigre riojano,
y recorrimos los Llanos
correteando a los salvajes.
En toítos láo' el coraje
de la brava montonera
regó con sangre la tierra,
patria de los argentinos,
como cumpliendo un destino
de lágrimas y de penas.
La Tablada y Oncativo,
La Tablada y Oncativo
conocieron mi bravura;
la vida se me hizo dura
entre lanzazo y digüello,
y sin dar ningún risuello
al sable ni a los baguales
jui sepultando los males
que me charqueaban el alma
como si encontraba calma
entre el dolor y la sangre.
Y aquí me tiene, paisano:
Viejo, pobláo por los años,
mordiendo mis desgaños,
mi dolor y mis ricuerdos.
Ya no quedan ni los cueros
de mi vieja mula gaucha
y de mi riojana lanza
ni siquiera la tacuara
que por las pampas paseara
el coraje de la raza.
DE PIE
Hasta la cintura, hombre;
ya para abajo, centauro.
En el parto de la Patria,
él la sostuvo en sus brazos.
Antes enancó silencios
de virreinatos foráneos;
luego, un misterio nativo
rayó en su ser convocando,
y fue humano el desangrarse,
pero nunca tanto y tanto.
Los pechos de la Indoamérica
al convertirse a su paso
amantaron ideas, sí,
en un rosario tan largo
de pueblos, ciudades, hombres,
que es imposible contarlos
cuando aplastaba enemigos
como aplastaba los pastos,
sobre ese caballo criollo
que fue como él, orejano.
Así incendiaba el siglo
y al regresar libertario
encontró en su propia tierra
un holocausto entre hermanos,
mas no rompieron su alma
entreveros y lanzazos;
fueron decretos y leyes,
el progreso y su descaro,
y por culpa del alambre
pata en tierra entró al calvario.
La mentira enrareció
pamperada de protestas
degollando sus virtudes
ni bien rompió las cadenas.
Él, él se deslomó en fortines,
él puso todo en la guerra,
él vio derrumbar su rancho,
él vio hipotecar su hacienda,
él vio entregarlo por votos
y él lloró por tanta afrenta.
¡Dios mío!
Su nombre es un sentimiento
que no podrán derrotarlo;
es esa sangre criolla
que no la cuaja ni el diablo,
bramando a los cuatro vientos
para humillar los tiranos,
para marcar los traidores,
para salvar nuestros campos,
para ponernos de pie ¡De pie!
Porque estoy nombrando al gaucho.
Como familiar y amigo de José Rafael Arancibia "El Chacho Arancibia - Arancibia El Chacho". Solicito a Ud. me informen cuando el nombrado dio autorización para la publicación de las citadas obras. Asimismo le pongo en su conocimiento que la foto que aparece no se corresponde con el antedicho en lo más mínimo. De tal manera lo invito a respetar los derechos de copyright ya que claramente lo está vulnerando.
ResponderEliminarDelfor Pelorosso
El Chacho Arancibia también es nuestro amigo. Nos acompañó en la inauguración del Archivo Audiovisual Saúl Ubaldini de la UATRE. Aquí el video de la inauguración http://www.youtube.com/watch?v=RbqrGD-pP48. Además, ¿desde cuándo tenemos que pedir autorización para difundir nuestra música nacional y popular? ¿Usted se cree que recibo alguna retribución por hacer esto? Fíjese bien, no sea boludo. Saludos
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