lunes, 2 de agosto de 2010

HERMANOS BERBEL

  • MARITÉ BERBEL
  • LUGAR DE ORIGEN Y RESIDENCIA ACTUAL: Neuquén
  • FECHA DE NACIMIENTO: 13 de febrero de 1957
  • AÑO DEBUT ARTÍSTICO:
  • CONTRATACIONES: +54 299 4624120
  • mariteberbel@hotmail.com, mariteberbel@neunet.com.ar
  • FACEBOOK: Sí

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AMUTUY SOLEDAD

Ahí están festejando
la conquista de ayer.
Con mi propia bandera
me robaron la fe
los del Remington antes
y sus leyes después.

Pisotearon mis credos
y mi forma de ser,
me impusieron cultura
y este idioma también.
Lo que no me impusieron
fue el color de la piel.
Amutuy soledad,
Que mi hermano me arrincona sin piedad.
Vámonos que el alambre y el fiscal pueden más.
Amutuy sin mendigar

Ahí están festejando
los del sable y la cruz
cómo me despojaron
sin ninguna razón,
sometiendo a mi raza
en el nombre de Dios

¿Con qué ley me juzgaron,
por culpable de qué:
De ser libre en mi tierra
o ser indio tal vez?
¡Qué conquista festejan
que no puedo entender!
Amutuy Amutuy Amutuy
Vámonos sin mendigar


DEL SUR AL LITORAL

Mi guitarra con su vuelo melodioso
por un cielo majestuoso rumbo al norte se me va
Y te lleva de mis bosques milenarios,
del Lanín y su santuario, un saludo fraternal.
Bailan nubes que soplan vientos sureños,
de estos pagos los ensueños coloreados de mi chai.
Y en mi verso que te canta tan lejano,
allá mi abrazo de hermano, criollo del Litoral.

Quiero que me hablés de tus paisajes y tu sol,
pues tengo una visión del Paraná.
Y quiero que conozcas a mi tierra
con su nieve siempre eterna y su límpido Limay.
Llevarás las coplas de mi raza,
y yo aquí con mi guitarra cantaré a tu Litoral.

Si tú vienes matearemos en mi nido
y en el manzanar florido verás a tu naranjal.
Y si vamos tierra adentro por mis cerros
verás los lagos más bellos cual es bella la Iberá.
Y diremos en la lengua de mis padres,
la mapuche dulce y suave, algún verso guaraní.
En tu arpa llevarás un loncomeo
y al cantarlo allá en tu suelo yo lo escucharé de aquí.

Quiero hacer un ramo de ceibo y amancay.


DESDE LA PATAGONIA

Traigo en mi canto el poco conocido
cantar arisco del canto de mi gente.
De los alud, de la fuerza incontenible
y de los ríos el grito del torrente.
De los volcanes altivos de mi tierra
traigo en mi sangre la lava incandescente.
Soy el mensaje distinto que alza el vuelo
por el paisaje increíble de la nieve
con la presencia mañanera de la bruma
y el idioma musical de las vertientes,
y el caudal misterioso de los vientos
que nos diera este acento diferente.

Vengo del oro, la plata y el uranio.
Soy de la misma raíz cordillerana.
Soy el salvaje rugido de los pumas
y la pureza silvestre de la aljaba.
Soy leyenda guardadora de secretos
y el secreto vegetal de la araucaria.
Vengo a ser como el canto postergado
de mi raza que se alza firmemente
y que viene del cerro hacia los llanos
por el cause natural de las corrientes.
Como el agua también vuelvo si quiero
con mi canto de siempre y para siempre.

Yo vengo de aquella geografía
cuya lumbre es la misma Cruz del Sur,
salpicada de lagos y poesías,
llena de aves, de peces y de sol,
con desierto, con bosques y pedreros
y repleta de vida, fe y amor.
Y vengo a que otra gente nos conozca
así como nosotros conocemos
el canto del resto de la Patria,
sus costumbres, sus ritos y sus sueños,
y por eso enarbolo la guitarra
de este canto argentino y bien sureño.


DESPUÉS DEL DESIERTO

Qué solo está el campo
de tus correrías,
qué solo Cuyamen,
qué solo Buen Pasto,
qué solo el Chalía;
qué gris era el toldo,
qué gris era el día;
qué negros fusiles
truncaron la historia
de la dinastía.

Y el viento que pasa
por los cañadones
desde la meseta
me trae sus canciones
y a orillas del Senger,
el toldo vacío
pregunta la tarde
adónde está el indio,
adónde la vida,
adónde la muerte,
adónde la tarde
que selló tu suerte.

Después del desierto
sólo piedras blancas
y algunas chaquiras
llorando nostalgias.
Después del desierto
sólo picaderos;
sombras de quillangos
recorren los cielos.

Y el viento que pasa
por los cañadones
desde la meseta
me trae sus canciones
y a orillas del Senger,
el toldo vacío
pregunta la tarde
adónde está el indio,
adónde la vida,
adónde la muerte,
adónde la tarde
que selló tu suerte.


EL EMBUDO

Venga m' hijo hoy le he de hablar
de un tema tan cotidiano,
que ni usted ni sus hermanos
se han detenido a pensar
y eso es por costumbre nomás,
por haber nacido aquí,
por venir de una raíz
marginada de hace tiempo
y contemplando en silencio
lo que pasa en el país.

Tal vez nunca meditó
que usted con esas dos manos
asiste a pagos lejanos,
dándole luz y calor,
que también mueve el motor,
que anda el cielo y anda el mar
o autopistas de ciudad
y las comunicaciones,
sin saber por qué razones
nada viene y todo va.

Fíjese en el caño aquel,
es el famoso oleoducto
por donde se van los frutos,
como quien dice a granel.
Le costará comprender
porqué este petróleo nuestro
lo industrializan tan lejos
y el subproducto después
vuelve a su tierra otra vez,
sabe Dios por qué manejos.

Nuestro gas es entubado
en caños de alta presión
que llevan calefacción
para entibiar otros pagos
no se me quede asombrado
si le digo que en el gas van
muchas cositas más,
con variadas propiedades,
que enriquecen otros lares
y empobrecen los de acá.

Y los parques nacionales
parecieran extranjeros
porque ahí somos forasteros
los nativos y locales
y en sus bosques colosales,
sucede que en ocasiones
se convierten en tizones
los leños que nadie saca
y andan con bosta de vaca,
en los ranchos los fogones.

Y aquellas torres en fila,
sujetando el cablerío,
se llevan de nuestros ríos
lo mejor de la energía,
no es una ocurrencia mía,
ni lo quiero avergonzar,
pero póngase a pensar
qué pasaría si nos dieran,
por todo lo que se llevan,
lo justito y nada más.

Seguimos siendo colonia
de la gallina de arriba,
federalismo mentira,
desde que tengo memoria.
Allá se inventa la historia,
aquí se escribe con sangre,
mas vienen de tarde en tarde,
en vísperas de elecciones
a prometer soluciones
que ya no engrupen a nadie.

No hablemos de agua pesada,
regalías minerales,
nada viene, todo sale,
estrujando la ordeñada.
La cuestión está estudiada
para dejarnos de luto,
usando cualquier conducto
se llevan hasta la tierra,
si nuestro sudor sirviera
ya habría algún sudoructo.


MADRE PATAGONIA

Unas coplas cantarte quisiera
tierra bravía, mi tierra.
Entraña de carbón,
sangre petrolera
y aliento blanqueador de cordillera.

El viento que nació en el ventisquero,
arisco cantor del arriero,
le cuenta al coironal cómo se despertó
un sueño azul y blanco en tu extensión.

Patagonia: Tu rumbo sureño
camina en el tiempo de un joven destino
con un beso de mar en tu piel colosal
y este nuevo sentir argentino.
Se levanta tu voz empapada de amor,
Cruz del Sur, por tu cielo la luz.

Hay un sol que palpita en tu seno,
fuerza que duerme el uranio,
furia de los ríos, bosques milenarios,
brindándote la lumbre de otros años.

Sos la india del vientre fecundo
dulce ofreciendo tu mundo;
preñada de futuro el tiempo te progresa,
reposo de una madre en dulce espera.

Patagonia: Tu rumbo sureño
camina en el tiempo de un joven destino
con un beso de mar en tu piel colosal
y este nuevo sentir argentino.
Se levanta tu voz empapada de amor,
Cruz del Sur, por tu cielo la luz.


NEUQUÉN TRABUN MAPU

Creció en el compromiso de una raza vigente
con el cielo en los lagos, todo el viento en la voz,
con una fe de siempre nutriendo primaveras
y un paisaje de tiempo que lo llenó de amor.
Se bautizó en la gloria del agua cantarina
venida de la nieve, divino manantial,
y en la Pehuenia madre nació su flor extraña,
que al soñar lejanía se echó la vida a andar.

Neuquén es compromiso
-que lo diga la Patria-
porque humilde y mestizo
sigue siendo raíz
del árbol, esperanza,
maná cordillerano
que madura en guilleu
el fruto más feliz
y su tallil mapuche
hoy es canto al país.
Neuquén, país, país.
Neuquén, país, país.

El porqué de su idea entró a mirar distancias
y descubrió otra aurora de pies sobre el Lanín
y vio por vez primera la piel de hombres distintos
y sin perder su estirpe fundió una nueva piel.
Un presagio de machis le corre por la sangre
multiplicando panes, igual que Nguenechén.
Su vocación de pueblo palpita en los torrentes
que estalla en soles lejos con otro amanecer.

Neuquén es compromiso
-que lo diga la Patria-
porque humilde y mestizo
sigue siendo raíz
del árbol, esperanza,
maná cordillerano
que madura en guilleu
el fruto más feliz
y su tallil mapuche
hoy es canto al país.
Neuquén, país, país.
Neuquén, país, país.


PIÑONERO

Piñonero de Moquehue:
vengo al pueblo;
cuántas leguas
pa' llegar a Aluminé.
Con mi carga que no es mucha
y vale poco,
piñonero de la tierra del pehuén.

Enchiguada mi carguera,
cerro abajo,
yo, en ojotas,
tranco a tranco y a la par,
por tabaco, yerba,
sal, y alguna pilcha,
por seguir gastando vida,
o por durar.

En el hueco de un pehuén
hice mi ruca,
que en invierno sin auroras,
nieva ya,
y pretendo con tu sabia aunar mi sangre,
y en el fruto,
piñonero regresar.

(Recitado)
Cuando el lago no me vea
por la senda
cuando nunca más me llegue a Aluminé,
yo estaré cerca de Dios
y en el follaje
por el vientre de mi ruca subiré.

Piñón, fruto de otoño,
mi instinto me llevó a vivir de ti,
volviendo con tu sueño de madera
el mundo que quisiera para mí.
Guardame en el rescoldo
de tus siglos,
yo sé que muerto allí...
no he de morir.


QUIMEY NEUQUÉN

Flor de los arenales
regada de sangre del bravo Sayhueque,
grito que está volviendo
en tu desbocado potro pehuenche.

Del cielo en la honda noche
se oye del viento la serenata,
tu voz la luna prende
en la negra simba de mi araucana.

Aguas que van quieren volver
aguas que van, quieren volver
río arriba en el canto aprendido
Neuquén Quimey, Quimey Neuquén.

Sol que se está gastando
en piedras lajas y turbias corrientes,
besa la sombra india
que vuelve crecida de un sueño verde.

Ya madura el silencio
por el agreste vientre de tus bardas
quiere Rayen dormirse
tiemblan sus entrañas enamoradas.


YAPAY PEÑI

Yapay peñi, mi paisano;
yapay peñi, hermano huinca,
por este pulku que bebemos
mis antiguos vuelven a poblarme.

Vino a quedarse en mi tierra
viejo ritmo americano,
purrun de los camarutos
que bailan los araucanos.

Yapay peñi,
yapay peñi.

Se le volvió sensiblero
el corazón con el vino,
entró a bailarle en la sangre
muy profundo el viejo ritmo.

Allá en las sendas del Huenú
anda mi raza que dejó
por tiempos mapu su dolor,
su tradición.

Ensaya un paso inseguro,
es el pulku que anda dentro.
Danza, danza, mueve el lonco
porque lo bailas y lloras.

Yapay peñi,
yapay peñi.

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